"Apartense palomas, que viene el gavilán" Escrito de un camión
¿La suerte se presenta al que busca y trabaja o simplemente existe para el que piensa en positivo? Yo personalmente creo que es una mezcla de ambas circunstancias. En nuestro caso si no nos hubiesemos apuntado a Hospitality Club antes de empezar este viaje y no hubiesemos mandado muchos mensajes, no hubiesemos encontrado la excelente gente que hemos encontrado y sobre todo esta última visita. Pero también de un resultado bastante deficiente en Argentina necesitabamos un pensamiento positivo para volverlo a intentar. Voilá.
Esta historia comienza en una colorida y ruidosa ciudad llamada Otavalo. Es sabado y llegamos aquí a última hora del día anterior. Es día de mercado por eso cuando salimos del hotel, numerosos puestos de los más diversos objetos se presentan ante nosotros. Sus dependientas, mujeres en general, ataviadas con tradicionales trajes muy coloridos nos saludan y nos ofrecen sus enseres en español y en inglés. Otavalo es el mercado más diverso y grande de todos los vistos en Sudamérica; y se podría decir que es un resumen de los productos de todas las zonas andinas. Evidentemente y llevando una mujer las compras (aunque baratas) no faltaron.Después de un largo paseo entre las hamacas, pantalones, vestidos, etc; nos desplazamos hacia la entrada del pueblo con toda nuestra parafernalia (la casa a cuestas como siempre) para esperar un coche Ford de color beige. Unos minutos después de nuestra llegada conocimos a Rodrigo y a Cecilia, una encantadora pareja con la que contactamos vía Hospitality. El destino de nuestro corto viaje en aquella potente ranchera era una hacienda de 500 hectáreas en la que tenían una explotación de ganado vacuno y un pequeño "zoológico", con más de 40 caballos, 8 perros, llamas, alpacas, cabras, etc.
Nuestra estancia aquí ha sido puro lujo. Un edificio para nosotros sólos con una decoración de hotel 5 estrellas y la oportunidad de probar lo que la vida en una gran hacienda podría ser para nosotros. Mucho material didáctico hemos recibido de este intenso fin de semana: ordeño, fertilización de vacas o doma de potros han sido varias de las cosas de las que hemos disfrutado y hemos podido participar pasivamente.Una vuelta por toda la hacienda en caballo hacia una de las lomas nos deja ver la magnitud de los terrenos, la cantidad de animales o la belleza del paisaje. Sin duda alguna este trabajo es duro teniendote que despertar a las 3 de la mañana para realizar durante algo más de una hora el ordeño mecánico, pero sin ninguna duda subirte a esta loma y ver cómo la producción va subiendo es un auténtico disfrute. Os deseamos todo lo mejor para vuestro objetivo de llegar a los 4000 litros de producción.
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