18 Conejo, un nombre que ya quisiera Hugh Hefner
Subido en esta pirámide y mirando hacia abajo a la plaza del jaguar; pienso en esa época. Como 18 conejo salió una vez por esta puerta de la boca de serpiente y con su bastón extendido cantaba victoria. Sus plumas de diversos colores se movían por el viento y mientras él esbozaba una sonrisa al ver a su productiva ciudad, el sol le iluminaba como a ningún otro allá.
Cuando 18 Conejo subió al trono por la muerte de su padre Humo Jaguar, la ciudad de Copán estaba en expansión y a punto de llegar a su cúspide. Era una de las ciudades más importantes del imperio maya y posiblemente una gran potencia comercial. 18 Conejo al contrario que su padre dedicó su esfuerzo a fortalecer la imagen de la ciudad y su belleza. Una belleza que aún hoy y siendo ésta solamente ruinas, todavía enmudece a los que la visitan.
La cultura maya nació en algún punto en el año 2000 a.C. Era una de las más avanzadas civilizaciones de la antigüedad siendo uno de los pocos pueblos que inventaron la escritura de manera independientemente y el calendario. Desgraciadamente, la llegada de Colón a América sucedió cuando esta civilización estaba ya casi extinta bajo el yugo de los aztecas.
A pesar de ello, tenemos la suerte de poder estudiar a un pueblo de inmenso interés que pudo haber cambiado el rumbo de la evolución en Centroamérica. Las inmensas piramides en la parte de la acrópolis, los jeroglíficos en la escalera que nos cuenta la historia de la ciudad, bellas estelas de muchos de sus gobernantes en la plaza central, esos papagayos cruzando de un lado al otro por encima de una de las pirámides, los monumentos ocultos, el mayor estadio de pelota encontrado nunca en Centroamérica, etc. Eso es Copán y por eso hay que verlo.
Pero el llegar hasta aquí no nos fue fácil, ni siquiera el salir. Cómo ya hemos explicado el transporte en Honduras es largo y duro. Largo porque de vez en cuando pasas dos horas y media para hacer menos de 40 km y duro porque los asientos no son los mejores para los riñones. Por ello antes de llegar a Copán hicimos una parada en Gracias. Gracias es un pueblo típico de la sierra hondureña: calles sin pavimentar, casas de estilo colonial y gente sencilla y amable, casi todos con sombreros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario